Días 38, 39, 40 y 41: Japaratinga, Maceió, Praia do Francés, Aracaju, Barra do Sauipe, Salvador do Bahía.

Barra do Sauipe
Barra do Sauipe

Desde el jueves 21 al domingo 24 hicimos este recorrido. La cosa se está poniendo difícil en cuanto a elegir los lugares por los cuales pasar, donde entrar, donde quedarse, cuánto tiempo, etc., etc. Son todos sitios–o casi la mayoría- no descartables. Pero el tiempo es soberano y tenemos un cronograma de viaje que cumplir. Obligaciones, responsabilidades y recursos suficientes, pero limitados. Quizás sea este uno de los principales dilemas de un viajero (y somos dos).

Japaratinga es un pequeño poblado unos 60 km (más o menos) al sur, y nos llamó la atención por el color de su mar, los piletones, la facilidad de estacionar cerca de la playa, la tranquilidad y la comida sencilla pero barata y exquisita.

Maceió es una ciudad grande, pero no asfixiante como otras del litoral. Merece ser visitada. Es amena, una extensa costanera con playas interesantes, amplia, muchísimos servicios y buenos, mar sereno y jangadas para ver a los peixes de la barrera de coral.

Aunque mucho mejor –para nosotros-, es la Playa del Francés ubicada a unos 20 y tantos km hacia el sur. Fácil acceso, estacionamiento libre o vigilado por 10 reales la noche frente al mar, y un color del agua, bien cerca de la playa, que hasta ahora no habíamos visto.

Aracaju, capital del estado de Sergipe, es también digna de ser visitada. Lo que más nos llamó la atención, son los cerca de 15 km de costanera y consiguiente número de playas amplias, extensas y limpias.

A esta altura del viaje, ya estamos emborrachados –junto a una de las pocas botellas de vino argentino que nos quedan-, de hermosas playas y de personas super amables con nosotros, colaboradoras, que nos ayudan de continuo, o que nos pasan con su auto y tocan bocina y levantan la mano con la V como saludo.

Así las cosas, llegamos a un lugar que le pedimos a cualquier rodantero que pase por estos pagos, no deje de visitar: la Barra sobre el río Sauípe, a unos 2 km al sur de Porto Sauipe. Es el encuentro del mar con el río más hermoso que hemos visto. Solo las fotos y una grabación que intentaremos subir a Facebok, quizás den una idea de los que queremos expresar.

El elevador Lacerda que te sube hasta el Pelourinho, en Salvador
El elevador Lacerda que te sube hasta el Pelourinho, en Salvador

El final de esta etapa y la frutilla del postre es Salvador do Bahía. Resultó sencillo ingresar, aunque difícil localizar el Pelourinho donde está el sector histórico en la parte alta. Pero lo logramos. Es un sector relativamente pequeño (no más de 10 manzanas), ya que cuando queríamos derivar al resto, siempre alguien nos advertía sobre la inseguridad y nos desalentaba de continuar. En la parte “segura”, decenas de policías estaban presentes. Lo mejor: la hermosa vista de la bahía, algunos edificios muy hermosos, como el que fue Palacio de Gobierno de Brasil en sus comienzos. Fue en Salvador de Bahía que se comenzó a construir Brasil. Recién mucho después se determinó que fuera Río de Janeiro la capital, y solo hace unos años, más al sur, San Pablo se transformó en el principal motor de esta inmensa nación.

Salvador nos dejó sensaciones encontradas. Quizás nos debíamos 3 o 4 días más para llegar a conocerla. Fuimos a los sitios que las guías indican, pero nos parece que hizo falta más para saber lo que es esta ciudad. Quizás se trate de una asignatura pendiente en este viaje.

Las fotos las pueden ver en estos enlaces:

16 Rumbo a Maceió.

17 Aracaju, Barra do Sauipe, Salvador de Bahía.

Hasta la próxima amigos.

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