Días 67 y 68: Linvingston – Tikal

El lunes, conforme lo previsto, tomamos una lancha – taxi que en media hora nos dejó en Linvingston, un pueblo habitado mayoritariamente por descendientes de africanos que, según nos relatan, fueron sobrevivientes hace 200 años del naufragio de dos barcos que transportaban esclavos. Esa cultura recibe el nombre de “garífuna”, como así también su idioma, al que le suman –solo en algunos casos-, el español o el inglés.

El poblado es pequeño, muy pintoresco, con la mayor parte de su actividad en un muelle para lanchas y veleros (hay algunos fondeados allí), y en la calle principal que desde allí arranca en subida, terminando una pocas cuadras más allá en una playa. Ello nos da la certeza que se trata de una pequeña península con promontorio. Todas las viviendas costeras tienen una vista privilegiada sobre el Golfo de Honduras y las aguas son tranquilas por tratarse de un lugar protegido por la península que está al norte. Hay varios restaurantes, ventas de artesanías y hoteles. Las comidas típicas son una mezcla de arroz, con coco y frijoles; y el “tapado”, así llamado por la forma de su cocción y compuesto de pescados, mariscos y legumbres.

Antes del mediodía regresamos a Puerto Barrios, nos subimos a la Combi, y pusimos rumbo a Tikal con la esperanza de llegar cerca de allí para luego ingresar temprano en la mañana. El calor que nos viene acompañando desde Costa Rica es muy alto, con humedad también elevada. Queríamos evitar las altas temperaturas en nuestra visita al que quizás haya sido el principal centro religioso, científico y sede del poder de la civilización maya.

Afortunadamente, recorrimos los más de 300 Km del camino que nos separan de Tikal antes de las 6 de la tarde. Esa es la hora en la que se pone el sol por estos lugares, y el límite que nos auto imponemos para circular por las carreteras. El lugar de la visita, de 16 Km2, está situado dentro de un parque mucho mayor, cubierto totalmente por la selva tropical llamada húmeda, aunque el cambio climático y la falta de lluvias (estamos en la prolongada estación seca), nos hacen parecer otra cosa. Solo se ha recuperado de la selva y restaurado, un 12% de la totalidad de las construcciones maya.

El lugar estaba casi vacío. Pasamos la noche en la zona destinada para camping en absoluta soledad.

Al día siguiente, a las 5:30 ya estábamos levantándonos y cerrando trato con un guía por 25 dólares los dos en compañía de otras cinco personas. Ingresamos a las 6:30 previo pago de un boleto de 21 dólares cada uno.

No haremos un análisis de lo que significa Tikal ni la civilización Maya, pues no somos los indicados para ello y es un material que en muchos sitios se consigue. Simplemente les relataremos nuestra experiencia y parecer. A pesar de que la parte visitada y restaurada es mucho menor de la que realmente está construido en este lugar, lo que vimos –y no llegó a ser todo-, nos demandó cerca de 5 horas. Visitamos el complejo “Q” con las pirámides gemelas; el Templo IV, que es el más alto con 70 metros; el “Mundo Perdido”; la “Plaza de los 7 Templos”; el Templo V; y la “Gran Plaza” con los templos I y II, la Acrópolis Central y la Acrópolis Norte.

Las construcciones son impresionantes, de grandes dimensiones, destinadas para culto u observación astronómica, con sus residencias y centros administrativos. Todo enmarcado por la selva, que durante años se las había “tragado”. El material usado es la piedra caliza que forma parte del suelo en todo El Petén. Sabido es que no se trata del mejor material de construcción por su falta de dureza y ser fácilmente degradable. Por esta razón, el estado de conservación de las piezas originales es bastante malo. Ello, para nada quita valor a construcciones que se comenzaron -creemos-, en el año 700 ac.

Al mediodía, bastante cansados pero contentos, estábamos poniendo rumbo a Cobán, ciudad que está un poco antes del Biotopo del Quetzal que pensamos  visitar. Solo llegamos unos 60 Km antes de esa ciudad, en Chisec, donde pasamos la noche con tormenta mediante.

Guatemala: Fotos de Livingston y Tikal