Días 46 y 47: Salimos de Cartagena y llegamos a Panamá

¡Ojo viajeros con este asunto!: A las 17 Hs del martes 14, teníamos el vuelo a Panamá. Cuando vamos a hacer el Check-In, la empleada nos pide el pasaje de vuelta (habíamos sacado solo de ida). Le decimos que solo íbamos a buscar nuestra Combi al puerto de Manzanillo, que de allí seguiríamos viaje y le mostramos la Carta de Embarque como prueba. Nos dice que lo lamenta, pero que Panamá exige por ley a sus visitantes tener boleto aéreo de ida y vuelta y, en nuestro caso, no podía despacharnos el vuelo a pesar de que ya teníamos el pasaje adquirido. Por supuesto que mi reacción no fue del todo pacífica. Fue necesario un llamado a la gente de migraciones en Panamá, para destrabar la cuestión, aunque el momento fue difícil. El francés que estaba con nosotros casi compra el ticket de ida y vuelta, por lo que le pedimos a la vendedora que hablara con la gente de Copa Airlines, quienes ya habían hecho la consulta. Felizmente su caso también se solucionó. Nos parece que si la gente no se queja, aerolíneas como Copa, Avianca más otras, hacen su ganancia, y “palo y a la bolsa”. Nada hacen por resolver este absurdo.

Conclusión: aconsejamos a los viajeros hacer la compra de boleto aéreo por internet y el Check-in de la misma forma. Así no pasan por este trance increíble. Si no lo pueden evitar, pidan hablar con gente de migraciones de Panamá y peleen la cuestión. No compren boleto de ida y vuelta innecesariamente.

Llegamos a Panamá al atardecer. Vimos desde el aire la impresionante ciudad con rascacielos sobre la bahía, y la interminable sucesión de buques “haciendo cola” para entrar al canal que los llevará hasta el Mar Caribe.

Cuando estábamos haciendo migraciones conocimos al amigo Carlos U. que regresaba en un vuelo de Iberia después de una semana en Berlín. Nos pusimos a charlar con él, y luego, en una actitud generosa que valoramos muchísimo, nos acercó a la ciudad en el micro de propiedad de su empresa de turismo, acercándonos hasta la puerta de un hotel acorde con nuestras posibilidades, que resultó ser por demás de confortable. Por USD 30 conseguimos una habitación agradable y limpia, con aire, baño privado, TV y Wi Fi en el Hotel Bellavista. Cenamos muy bien cerca del hotel por USD 20 los dos!, y a la cama.

Hoy, martes 15, visitamos el Canal inaugurado en 1913 y recuperado por los panameños el 31 de diciembre de 1999 después de no pocas luchas y reclamos populares. Vimos a un barco cruzar y admiramos el sencillo pero impresionante sistema de cambio de niveles del agua dentro de los diques, para ir subiendo hasta el lago central, y luego bajar, para alcanzar el otro lado de América Central, ahorrando miles de millas a los barcos que lo cruzan. Son sólo 80 Km en los que se produce este “milagro”. Actualmente cruzan barcos de hasta 85.000 toneladas, pero con la ampliación que ya comenzó y terminará en 2014, se duplicará la capacidad, permitiendo el paso de grandes cruceros y mega cargueros.

Continuamos nuestro recorrido visitando la ciudad vieja, bastante interesante y bien conservada; luego un Mall en el que Zulma sació su curiosidad (aunque no su afán de compras), y terminamos el día caminando largos minutos por la costanera hacia la parte nueva, en la que admiramos los impresionantes edificios (algunos de dudoso origen financiero, según comentarios de dos fuentes confiables).

La ciudad de Panamá, en cierta forma, muestra opulencia y riqueza. Nos dicen que es un centro comercial del mundo entero, que muchos israelíes y árabes son propietarios de comercios y edificios. Se nota prosperidad, aunque pudimos averiguar que los ingresos de la población no son importantes, pero tal vez mejores a los de otros lugares que conocimos. Panamá es una ciudad interesante para visitar y conocer, aunque sea por uno o dos días.

Mañana viajaremos unos 90 Km hasta el puerto de Manzanillo en Colón, ciudad ubicada sobre el mar Caribe, en el otro “extremo” de Panamá. Ya hemos confirmado que nuestra Combi llegó, así que debemos seguir nuestro viaje. Nos han dicho que hay una confusión en los comprobantes de embarque, y que a mi nombre figura una VW que debe ser de los holandeses. Veremos cono arreglamos este entuerto.

Vistas del Canal de Panamá, de la parte antigüa de la ciudad y del sector nuevo de altos edificios

Chau amigos!

Comentario de último momento: estoy escribiendo en el bar del hotel. No deja de escucharse la música que comenzamos a disfrutar en Colombia: ese ballenato dulce, alegre, con ritmo y sereno a la vez, contando historias, casi todas de amor (despechado). Por allí aparece una rumba o un merengue, pero les digo: todo es una delicia para los oídos. Me parece que el Caribe nos está “copando”, ya ni siquiera el calor nos molesta tanto.